DIARIO DE CADIZ 22 DE ABRIL DE 2.012
A pesar de sus relinchos, desvaríos e
inclemencias, Federico Nietzsche dejó una colección de verdades brillantes
antes de que su hermana torciese sus textos para acercarlos al ideario
nacionalsocialista, entre los que destaca el siguiente: para decir algo
original es necesario tener poca memoria. El olvido es la materia de la que se
nutre la creación, y lo demás es vanidad.
Blend no ha inventado absolutamente nada, pero nunca lo ha pretendido. Ya sea
en formato cuarteto, quinteto, septeto o trío, durante todos los años setenta
se limitaron (nada más y nada menos) a elaborar una memoria sonora colectiva
que marcó la juventud de los que hoy se acercan a los sesenta y pico años.
Beatles, Santana, bossa nova… Músicas foráneas que extrañamente llegaban a un
país aislado que empezaba a reconocer su autonomía y su libertad.
Yo no pude vivir todo aquello. Más que nada, porque cuando Blend inició su
andadura ni siquiera era. A mí me tocaron los ochenta y la Bruja Avería y una
noción mucho más madura del pop y el rock, pero la noche del viernes no pude
sino rendirme al germen de lo que todos los amantes de la música hemos
terminado asumiendo de manera absolutamente acrítica.
Blend, luego los Radars, y luego Chiqui Fly Travel Nirvana. Tres momentos
claves en la constitución de la cultura musical porteña que partió del guateque
para luego pasar por la alucinada psicodelia de un portento incomprendido para
finalmente dar paso a los inmensos Maddening Flames, Driver 8, Leda Tres o
Marina Gallardo (perdón por las inevitables omisiones).
La noche del viernes, Blend ofreció con más pasión que acierto (llevaban mucho
tiempo sin tocar juntos) dos horas de memoria. Sobre el escenario del
Hospitalito, pertrechados con un órgano, un bajo y una batería, devolvieron a
más de un centenar de personas a su juventud. Bailes extemporáneos, recuerdos
crudos, ovaciones y mucho cariño.
Empezaron con el Imagine de John Lennon, siguieron con dos
bossas, y continuaron con Alberto Cortez para luego clavar con acierto Hey Jude. Blend, mescolanza, mestizaje, suma de
referencias interpretadas con una autenticidad y un carisma que eliminaba
cualquier forma de inquisición sonora.
Los maestros que me enseñaron latín, griego o historia del arte cuando era un
pipiolo se desfogaban como adolescentes sin arrugas. Y no sé: era bonito. Y era
extraño. Y era algo diferente al mero virtuosismo o a esa necia acelerada
necesidad de empeñarse en decir algo nuevo.
Siguieron Las tres de la
madrugada y Tu frialdad, de Triana, que
propició coros espontáneos, berridos calculados y brazos meciéndose al aire. Un
entusiasmo de otro tiempo impreciso que no puedo (aunque quiera) entender.
Cuando Blend se atrevió (con éxito) con Pequeñas
cosas, de Joan Manuel Serrat, los pocos jóvenes que se aventuraron a entrar
en el Hospitalito por mera curiosidad abandonaron el claustro con los ojos
abesugados.
Luego vinieron los homenajes, los platos y los reconocimientos al trío por
parte de los Amigos de los Patios Portuenses y un imprescindible Muñoli, que tanto le ha dado a
la cultura de la ciudad. Pero Blend se conmovió más bien poco con los
presentes. Lo que les apetecía era tocar y alargar un concierto en el que, en
el fondo, estaban interpretando su propia memoria.
Después de una brillante versión del Rock
and Roll Music de The Beatles
y una no menos efectiva revisión de La
chica de Ipanema de Jobim y
Moraes, Koky, Peli y José anunciaron su retirada, obviamente ninguneada por un
público recio que exigió bises y más bises buscando una noche sin relojes.
Blend, tras casi dos horas de concierto, se despidió con una batería de
versiones instrumentales (la voz no daba para más por falta de hábito) que
cerraron una noche llena de cariños e historias de otros tiempos que forzaron
los inquietos recuerdos de los que vieron nacer el universo sonoro de El
Puerto.
Muchas gracias a Diario de Cádiz por estar ahí y difundir el homenaje. Gracias Pablo. Una crónica preciosa y con unas cuantas verdades. Ese es el buen periodismo; poner los puntos sobre las ies.
ResponderEliminarSinceramente.
Rafa Tardío.-
Muchísimas gracias Rafa Tardio por tu apoyo y trabajo incondicial que has tenido con nosotros y con esta fiesta de los patios, eres un portuense de primera y un gran amigo. Un abrazo,
ResponderEliminarPeli